¿Te gusta un buen vino?

A la hora de juzgar la calidad de un vino, no debemos fiar nuestra conclusión a la mera sensación inmediata e individual que este desencadene en nuestros paladares al probarlo.

Ni siquiera después de varios tragos será el gusto propio e intransferible de un catador inexperto un criterio válido para calificar a un vino como bueno o malo.

Al contrario, se debe tener en cuenta una serie de parámetros universalmente compartidos por los grandes expertos en vino, estudiosos del gusto cuyo juicio pocas veces resulta apelable por aquellos que escucha sus recomendaciones y condenas sobre los caldos.

La etiqueta no deja de ser la carta de presentación de lo que uno se va a encontrar después. ¿Cuidas la imagen de tu vino?

¿Sabes reconocer un buen vino? Te damos unas pistas…

  • Equilibrio

Un vino correcto necesita de una paridad entre sus elementos. El equilibrio es la relación entre cuatro elementos esenciales del vino: el dulzor, la acidez, el tanino y el alcohol.

Un vino es equilibrado cuando ninguno de ellos predomina sobre otro, es decir nada resalta al probarlo, ni un tanino agresivo, ni un dulzor inadecuado, ni una acidez exagerada, ni un excesivo predominio alcohólico.

  • Longitud

La longitud es un término que se usa para describir un vino a lo largo de todo el paladar. Un vino de buena longitud, o largo, es el que imprime todo su sabor en la lengua y cavidad bucal, es intenso, y su sabor perdura después de haberlo tragado.

  • Profundidad

Este es otro factor subjetivo y un inconmensurable atributo de alta calidad en el vino. Decimos que un vino tiene profundidad cuando no es plano en boca y unidimensional en el paladar sino que, en cambio, parece tener capas de sabor. Un vino plano nunca podrá ser un gran vino.

  • Complejidad

Nada tiene de malo un vino correcto, simple y directo. Pero un vino que tiempo después sigue revelándonos cosas diferentes sobre sí mismo será mucho más interesante.

  • Carácter

Un vino con carácter es aquel, que al igual que las personas, refleja una característica personal, normalmente procedente del terruño. Refleja su marcada tipicidad por sus variedades de uvas.

Si a estas características le añades la etiqueta adhesiva adecuada, se obtienen sensaciones que merecen la pena descubrir.

Te invitamos a que compruebes la calidad de impresión , de los acabados y adhesivos directamente sobre tu producto para que puedas comprobar como se comporta en condiciones reales de uso como puede ser en una cubitera. 

Tu etiqueta definitiva puede llevar impresiones variadas dentro de la misma bobina o incluso, si lo prefieres, también con la forma personalizada que mejor se adapta a tu botella y a tu diseño.

¿Te ayudamos a descubrirlas?, Contacta con nuestros asesores