El empleo de las etiquetas RFID (Radio Frequency Identification) no deja de aumentar y es que ofrecen numerosas ventajas a todo tipo de empresas. 

¿Quieres conocer más en profundidad este tipo de etiquetado inteligente? Atento, porque te lo contamos todo en este post. 

¡Vamos allá!

¿Qué son las etiquetas RFID?

Son aquellas que permiten identificar y transmitir información a distancia a través de señales de radio. Lo más habitual es que la señal sea UHF (869-915 MHz), aunque también pueden ser HF o NFC.   

¿De qué está compuesta una etiqueta adhesiva RFID?

Las etiquetas RFID se componen de antena, chip y etiqueta adhesiva.

Antena

Es el enlace entre las etiquetas y el lector. Pueden ser fijas o móviles.

El tipo de antena a utilizar irá en función de la distancia de lectura y de la cantidad de información (tags) que se necesite leer.   

La distancia de lectura puede alcanzar incluso los 24m. Por ejemplo, para logística son 22m, y para otros sectores, como el de la alimentación con 3m es suficiente. Por supuesto, será la empresa integradora la que, analizando cada caso particular, decida cuál es la más conveniente. 

Chip

Es el elemento que almacena una determinada cantidad de información. Por ejemplo, datos de trazabilidad de mercancías con uno o varios códigos EAN 128, orden de carga de camiones para un correcto reparto de mercancía, captura de datos durante el proceso de elaboración de un producto, etc. 

Lo más habitual es que la capacidad de memoria sea de 96 a 128 bits, aunque puede pueden alcanzar 496 bits. Al igual que ocurre con la distancia de lectura, será la empresa integradora la que, después de analizar cada caso particular, decida la capacidad de memoria más adecuada. 

Etiqueta adhesiva

Es el elemento que se adhiere a lo que queremos identificar y sobre la que van insertadas la antena y el chip. Es decir, se pega sobre productos, envases, cajas, palés, contenedores, etc.  

Su tamaño irá en función del tamaño de la antena y del chip necesario para la aplicación que se le vaya a dar a la etiqueta RFID, mientras que el material y el adhesivo irán en función de dónde se vaya a utilizar. 

Las etiquetas pueden ser de papel o plástico, térmicas y no térmicas, adhesivos permanentes, removibles, etc. Igualmente, también se pueden imprimir y codificar, por ejemplo, numerar, añadir un código de barras, incluir un código QR u otros datos necesarios con una impresora de etiquetas en bobina, utilizando Ribbon o directamente sobre el papel térmico.

Con las etiquetas RFID se reducen costes y se mejora la eficiencia de las empresas

¿Para qué sirven las etiquetas RFID?

Las etiquetas adhesivas RFID permiten la automatización de la trazabilidad de productos y de procesos con la obtención de datos en tiempo real

Es aplicable, por ejemplo, en la cadena de suministro o en procesos productivos colocando RFID y lectores estratégicamente posicionados. De esta manera, se pueden utilizar en automoción, industria agroalimentaria e industria en general, así como en los almacenes para la detección de cambios de ubicación de la nueva mercancía. De hecho, aunque no esté correctamente ubicada, siempre se sabrá donde se encuentra en cada momento sin necesidad de su registro manual.

¿Y qué se consigue con ello? Optimizar procesos productivos eliminando trabajo improductivo de registro de datos, reducir stock de materias primas, distribución o tiendas, crear alertas por fechas, lotes o KPI’s, entre otros. En definitiva, las etiquetas RFID permiten reducir costes operativos y aumentar la eficiencia y la productividad de una compañía.

Esperamos que este post te haya resultado útil y recuerda, si quieres apostar por este tipo de etiquetas inteligentes, no dudes en contactar con Eti-nor