Como negocio, es fundamental que conozcas los tipos de etiquetas de productos que existen y cuáles son sus usos principales. De esta manera, podrás incluirlas de forma óptima en tu packaging.

¿Quieres saber más? Atento, porque te damos todos los detalles en este artículo.

¡Empezamos!

Tipos de etiquetas: clasificación y usos 

Como sabes, las etiquetas deben incluir información precisa y relevante sobre los productos (composición, características, conservación, procedencia…). Además, su apariencia influye de manera significativa en la decisión de compra de los consumidores, por lo que también tienen que ofrecer una estética atractiva y alineada con los valores de la marca.

En definitiva, es esencial que el etiquetado permita identificar, describir y diferenciar los productos mientras se ajusta a la normativa vigente. Por supuesto, hay etiquetas que son obligatorias y otras que no, ya que se enfocan más en el marketing.

Y, ¿cómo se clasifican? Lo cierto es que existen múltiples formas de categorizarlas. Si nos centramos en el sistema de impresión, identificamos la tecnología offset o la flexografía, entre otros. Del mismo modo, también es posible atender al material utilizado en su diseño, en cuyo caso distinguimos entre papel y film.

Sin embargo, en este caso vamos a tener en cuenta su finalidad. Así, los tipos de etiquetas que nos podemos encontrar son las siguientes:

  • Etiqueta de marca. Es aquella que se adhiere al producto o al packaging y muestra el nombre de la empresa o la marca del artículo. Evidentemente, su finalidad no es otra que reforzar el reconocimiento de la marca del producto y promover la fidelización de los consumidores hacia la misma.
  • Etiqueta informativa. En este caso, su función es divulgativa. Por ello, incluye datos tanto del artículo como del fabricante (nombre del productor, fecha de caducidad…). Su propósito es facilitar que el cliente identifique de manera sencilla el producto y comprenda sus atributos y características.
  • Etiqueta descriptiva. Ofrece más información que el etiquetado informativo. Así, entre otros, puede incorporar datos o características adicionales, desde instrucciones de uso o riesgos del producto, a cuidados o modos de aplicación.
  • Etiqueta de grado. Se emplea para indicar la calidad de un producto mediante la asignación de una letra, una palabra o un número, una práctica habitual en el ámbito de la alimentación.
  • Etiqueta persuasiva. Tiene como objetivo atraer y dar confianza al consumidor con el fin de que adquiera el producto. ¿Cómo? Resaltando alguna propiedad o característica del artículo. Esto se logra a menudo mediante frases como «fórmula mejorada», «libre de…» u otro tipo de mensajes promocionales.

El etiquetado de productos debe cumplir con la normativa vigente

Normativa sobre el etiquetado de productos 

Ya conoces los tipos de etiquetas que existen en función de los objetivos que persiguen. Ahora veamos, a grandes rasgos, su normativa legal. No hay que olvidar que, más allá de proporcionar información valiosa para el consumidor, también tienen que incluir un contenido mínimo legal.

En España, el etiquetado de productos se regula a través de la Comunidad Económica Europea (CEE) y la legislación nacional. Por supuesto, esto afecta a artículos de todo tipo de sectores: alimentación, cosmética, detergentes, textiles, químicos

De hecho, en el Real Decreto 1/2007 (artículo 18) se hace referencia a los requisitos que deben cumplir las etiquetas.

En primer lugar, se especifica que el etiquetado y la presentación de productos y servicios deben ser diseñados de manera que no confundan ni engañen al consumidor o usuario en ningún sentido. Por ejemplo, no se puede atribuir al artículo propiedades inexistentes, están prohibidas las ambigüedades sobre su contenido y tampoco es posible sugerir que cuenta con propiedades particulares cuando el resto de alternativas similares también las poseen.

En segundo lugar, se detalla que todos los productos y servicios deben ofrecer información precisa, efectiva y adecuada sobre sus características fundamentales, sobre todo en los siguientes casos:

  • Información del productor, es decir, nombre y dirección.
  • Naturaleza, composición y propósito del artículo o servicio.
  • Datos sobre la calidad, cantidad y categoría del bien o servicio, así como su denominación habitual o comercial si fuese aplicable.
  • Siempre que sea exigible de manera reglamentaria, deberá incluir la fecha de producción, suministro o lote. Además, también tiene que detallarse el periodo recomendado para su utilización o consumo, o la fecha de vencimiento.
  • Directrices o consejos para un uso o consumo adecuado, junto con advertencias y posibles riesgos previsibles.
  • Detalles sobre los servicios de asistencia al cliente y canales para presentar quejas y reclamaciones.

Evidentemente, es importante que tengas en cuenta que existen regulaciones específicas sobre la información obligatoria que debe figurar en las etiquetas de cada tipo de producto. Así, los datos presentes en el etiquetado de alimentos, de perfumería o de cosmética, entre otros, pueden ser diferentes.

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